miércoles, 27 de noviembre de 2013

LOS ORÍGENES DE LA PUBLICIDAD


LOS ORÍGENES DE LA PUBLICIDAD
Los orígenes de la PUBLICIDAD.


En ciertos momentos y en algunos lugares, han existido desde la antigüedad operaciones mercantiles que requerían llamar la atención de los clientes, o posicionamientos ideológicos y de poder que querían hacerse patentes por medio de anuncios orales y escritos, que ahora nos permiten adentrarnos en la historia de la publicidad.


Más que por su trascendencia histórica estas manifestaciones destacan por la curiosidad en los contenidos y en las formas.

Es con la revolución neolítica y la aparición de la agricultura y la ganadería cuando surgen las primeras sociedades organizadas y con ellas, la acumulación de excedentes y la concentración de poder en manos de unos pocos. Comerciantes y poderosos pronto sentirán la necesidad, unos de convencer a posibles compradores, otros de ganar adeptos para su causa.

Es en Egipto, hacia el tercer milenio antes de Cristo, donde aparece lo que puede ser primer texto "publicitario" de la historia de tipo comercial. Se trata de un papiro que se conserva en el Museo Británico en el que el dueño de un esclavo huido, a la vez que ofrece una recompensa por su captura, alaba las cualidades de los tejidos que vende.

Una técnica que por su sencillez gozó de éxito en la antigüedad, y que sigue teniendo alguna vigencia, fue la publicidad oral o por declamación. En Grecia se denomina kerux al que anuncia de viva voz mensajes políticos religiosos o comerciales.

Herodoto habla de las señales de humo que los mercaderes cartagineses utilizan para atraer la atención de la población autóctona en sus colonias comerciales.

El axon griego es un bloque cúbico de piedra o madera pintada de blanco sobre el que se escriben leyes o comunicados políticos. Con el mismo cometido se utiliza el kyrbo, este con forma cilíndrica cuenta con un eje que permite la rotación de los textos y facilita la lectura.

La tradición de la publicidad oral se continúa en Roma con el praeco, funcionario público que pregona avisos oficiales, también cumple la función de poner orden en los tribunales.

En las paredes más visibles aparecen espacios rectangulares pintados de blanco (albas o album) en los que se hace publicidad de determinadas convocatorias o espectáculos públicos o mercadeo de esclavos.

Muchos candidatos hacían grabar sus nombres sobre las paredes para atraer la atención de los electores. A veces el soporte no es la propia pared sino una plancha de cerámica, madera o papiro y junto con el texto aparecen dibujos alusivos al anuncio.

También se usa el libellus, que son comunicados hechos en papiro que se cuelgan en los muros o se reparten en mano y que también se ilustran con algún dibujo alusivo cuando anuncian algún espectáculo circense. En este caso se llamaba libellus munerarius o libellus gladiatorum.

Como reclamo publicitario de tiendas y comercios se utiliza la signa, enseña que se coloca en la puerta de los establecimientos, realizada en madera o en metal. En su origen se colocaban en casas particulares, como signo de identificación ya que en Roma no existía costumbre de numerar las casas.

En Pompeya han quedado al descubierto inscripciones sobre piedra o madera en la que se anuncian determinados establecimientos. Se usan determinados símbolos para representar cada uno de ellos: una corona de hiedra para anunciar la taberna, la mula cargada con un molino, para la panadería, la cabra representa el despacho de leche, etc.

Durante la Alta Edad Media la inmensa mayoría de la población es analfabeta sólo la Iglesia y el entorno del poder utiliza los textos escritos que se colocan en lugares concurridos como las plazas o las puertas de las iglesias.

Para difundir información se revitaliza la función del pregonero que anuncia determinados acontecimientos públicos como leyes o ejecuciones a cuenta de los poderes públicos o la venta de determinados productos al servicio de los mercaderes. A menudo clava en algún lugar visible el pregón después de haberlo declamado. También los buhoneros, los charlatanes o los titiriteros anuncian a voces por la calle sus productos o espectáculos.

En la Baja Edad Media surgen los gremios que regulan de forma estricta el desarrollo de artesanía, los talleres se agrupan por calles en cuyo extremos se cuelga un cartel de madera o metal con el símbolo del gremio, que acabará dando nombre a la calle (pintores, cuchilleros, caleros, barberos, etc.)
VOLVER

No hay comentarios :

Publicar un comentario